sábado

El campo primordial de manifestación:




De pronto me encontré en la base misma de la creación atestiguando esa nada, desde donde todo surge, desde donde todo comienza.
La fuente misma desde donde la totalidad inmaterial da lugar a las múltiples formas de manifestación material.
En medio de ese vació silencioso de pronto escuche OM TAT SAT y observé como este sonido primordial generaba el espacio tiempo por medio de sus resonancias, creaba intrincados y simétricos patrones geométricos donde la luz se "coagulaba" dando origen a lo que nuestra ciencia actual denomina partículas elementales.
Las resonancias y los patrones geométricos se extendían creciendo en complejidad, aumentando la escala dimensional, formando mayores aglomeraciones, geometrías átomo, geometrías molécula, y comprendí que es desde este vacío de infinita plenitud desde donde se crea el espacio.
Es desde este sitio de profundo contacto con el ser puro, desde este estado de consciencia del ser desde donde la mente manifiesta la creación material.
Desde la totalidad inmaterial silenciosa, cualquier pensamiento que surge se proyecta sobre la nada dando origen a la percepción de manifestaciónes temporales.
Desde este estado puede accederse a la farmacia (del griego φάρμακον, "medicamento") primordial.
Experimenté por un momento como desde este estado surge el "yo" como manifestación material. Como la temporalidad se origina por una "condensación" de la atemporalidad, y como desde aquí puede generarse y regenerarse toda la manifestación corporal.
Aquarius




miércoles

Sanación mental:

“ ... así como la mente, a través de la sanación por fe, puede concentrar directamente sus ondas cerebrales en una célula del dedo o del pie y proyectar sanación a través del vehículo turaya integrado en el corazón, los Señores de Luz pueden usar radiaciones Estralím tipo laser para proyectar energía desde el vehículo Merkabah a nuestro sistema turaya para la educación del ser humano y/o reparación del programa.”
Las claves de Enoc”: J. J. Hurtak; Clave 301:31


“6Si la mente puede curar al cuerpo, pero el cuerpo no puede curar a la mente, entonces la mente tiene que ser más fuerte que el cuerpo. 7Todo milagro es una demostración de esto.”

“2Toda clase de enfermedad, e incluso la muerte, son expresiones físicas del miedo a despertar. 3Son intentos de reforzar el sueño debido al miedo a despertar.”

7El cuerpo puede parecer cambiar con el tiempo, debido a las enfermedades o al estado de salud, o a eventos que parecen alterarlo. 8Mas esto sólo significa que la mente aún no ha cambiado de parecer con respecto a cuál es el propósito del cuerpo. 8. La enfermedad es la exigencia de que el cuerpo sea lo que no es. 2Su insustancialidad, no obstante, garantiza que no puede enfermar.
Un Curso de Milagros

La decisión a favor de la salud:

71
Darse cuenta de que nuestro conocimiento es ignorancia, es una noble comprensión interna.
Considerar nuestra ignorancia como conocimiento es enfermedad mental.
Sólo cuando nos cansamos de nuestra enfermedad, dejamos de estar enfermos.
El sabio no está enfermo, por estar cansado de la enfermedad.
Este es el secreto de la salud.
Tao Te King, de Lao Tse:


4. Ciertamente no parece que la enfermedad sea una decisión. 2Ni nadie cree realmente que lo que quiere es estar enfermo. 3Tal vez pueda aceptar la idea en teoría, pero rara vez la aplica de manera consistente a todas las clases de enfermedad que percibe en sí mismo o en los demás.Un Curso de Milagros Manual para el maestro: 22 ¿Que relación existe entre la curación y la expiación?; p.61

martes

Medicina ancestral de México:

… El valle de Anahuac brillaba en la madrugada como una joya. Resplandores anaranjados y dorados se desprendían de las aguas que rodeaban a la gran Tenochtitlán. Las actividades del mercado central se habían iniciado 2 horas antes y los mercaderes acomodaban las verduras, los frutales y las piedras preciosas sobre grandes y relucientes hojas de plátano. Cargando un bulto en su espalda, Cuauhtémoc caminaba abrumado por el peso. Descendía de una familia noble emparentada con el Gran Tlatoani y precisamente por ello todas las madrugadas, mucho antes de que saliera el sol, debía ir al mercado a realizar labores pesadas, conocer el sufrimiento y mezclarse con las clases más bajas como parte de su educación y entrenamiento. Estaba destinado a convertirse en un gran líder y por ello debía olvidarse de sí mismo. Él lo sabía, se lo habían dicho y advertido tantas veces que ya era parte de él, a pesar de su corta edad. Había aprendido a no quejarse y se veía compensado por lo que aprendía. Todo, aquí en la tierra es un reflejo del Cosmos y la misión del hombre es colaborar con el funcionamiento del Universo. Se acercó al comerciante en verduras y descargó su bulto, mientras pensaba lo anterior. …

… El Sumo Sacerdote se colocó a su lado y sin vacilar, introdujo el cuchillo al pecho del enfermo. Cortó las vértebras y extrajo el corazón. Lo partió en dos y con la punta del cuchillo raspó su interior. Después, unió las dos partes, las introdujo al pecho y colocando las manos sobre la gran herida que había hecho pidió que se cerrara. Esta así lo hizo ante los ojos asombrados de los niños y del Gran Tlatoani. El anciano fue levantado en vilo y colocado en el suelo.

En esa noche, la misma intervención se realizó con 12 enfermos, mujeres y hombres y al amanecer, después de haber reposado durante varias horas, todos se levantaron y saludaron al sol.
Moctezuma descendió la escalinata del templo, orgulloso del alcance y poderío de la ciencia Azteca.

… Su maestro afirmaba que existía una energía única manifestada en forma dual en la base del Universo que hacía que todo se mantuviera en su lugar y que a todo alimentaba. Era Ometeotl, el dueño de lo más junto y cercano y ellos, sus alumnos, debían aprender a reconocerlo y a tenerlo siempre presente. Para lograrlo debían purificarse a fin de abrirse a su influjo y poder hacer uso del mismo. Lo que habían atestiguado era la manifestación concreta de ese poder en manos del Sumo Sacerdote. Él recibía esa energía sin velos porque se había olvidado de sí mismo y lo llenaba con toda plenitud; pasaba a través de su cuerpo y éste la manifestaba.
El que se apartaba de Ometeotl vivía en la oscuridad corrupta y angustiante de una vida sin sentido. En cambio el que se abría a él, alcanzaba su lugar en el Cosmos y se volvía un sirviente del Universo, ayudando de esa forma a su mantenimiento. Así lo había hecho Quetzalcoatí y así, ellos, estaban destinados a hacerlo.
El Prototipo”: Jacobo Grinberg-Zilberbaum

“...
El caso más extraordinario y el que me enseñó que realmente no existen límites, fue el de una niña, quien en una operación convencional había sido sobreaneste­siada, dejándole su cerebro muerto por la falta de oxíge­no. Los padres, desesperados después de ver una docena de neurólogos, dieron con Pachita y le pidieron ayuda. Pachita aceptó y la segunda operación que vi aquella primera noche, fue un trasplante de corteza cerebral en la niña sobreanestesiada.
Aquello fue demasiado difícil para mí.
Durante más de diez años me he dedicado a investigar algunos aspectos de la fisiología cerebral y aunque me considero bastante revolucionario entre mis colegas, jamás me imaginé, ni podría haber aceptado, que una parte del cerebro pudiera trasplantarse de un ser huma­no a otro. Jamás lo hubiera aceptado de no haberlo visto, pero el caso es que lo vi y eso me transformó tan profun­damente que a partir de ese momento, todas mis con­cepciones psicofisiológicas cambiaron. La niña era un “vegetal” que no se movía ni hablaba ni controlaba sus esfínteres. En esa operación, y en cuatro subsecuentes, “Pachita” cortó el cuero cabelludo con el cuchillo de monte y después abrió el hueso del cráneo usando un pedazo de sierra de plomero.
Yo veía eso y parte de mí pensaba que no era cierto y otra que era maravillosamente real.
Después “Pachita” hizo aparecer una sección de cor­teza humana, tomó un pedazo en sus manos, le lanzó su aliento y le ordenó que viviera: ¡vive!, ¡vive! le gritaba.
Después, con la ayuda del cuchillo, introdujo el peda­zo de corteza al cráneo de la niña y con una serie de movimientos extraños, lo dejó depositado allí. Por fin, la herida se cerró después de que yo fui invitado a colo­car mis manos encima de la misma. A eso se le llamaba saturar. La niña fue vendada y devuelta a sus padres.
La operación se realizó sin anestesia, sin asepcia y considerando su magnitud y seriedad, lo que se podía haber esperado como mínima reacción era una menin­gitis fulminante. En lugar de ello, la niña se presentó a los quince días para una nueva operación, sin infeccio­nes, sin haberse muerto de shock postoperatorio y con algún síntoma de mejoría. De hecho, después de cuatro operaciones similares a la descrita, yo vi a esa niña empe­zar a tener movimientos voluntarios, balbucear vocablos, quejarse de dolor y molestias y sonreír, ¡sí! ¡sonreír!
Cuando yo vi sonreír a esa niña y alcancé a compren­der los motivos de su alegría, entendí que lo más funda­mental es lo de mayor alcance espiritual, lo que cual­quiera comprende, lo que se encuentra presente en todos los niveles, lo clásico, lo que se siente como certeza y mismidad.
Los Chamanes de México, Volumen III PACHITA; Jacobo Grinberg-Zylberbaum


Pachita operando con su cuchillo de monte
Más fotos de Pachita (clic aquí)

sábado

La quimificación de la paz



Llegará el día en que se comprenderán los enormes beneficios de esta técnica terapéutica utilizada en los más remotos confines del Universo.
Ya algo podemos comprender gracias a los métodos desarrollados por el Dr. Masaru Emoto, quien como maestro del agua desde tiempos inmemoriales, recuperara para todos esa memoria ancestral y demostrara experimentalmente los efectos de las emociones y los pensamientos sobre los cristales  del agua.
Un día será recordado por todos en este planeta el nocivo efecto del material violento (películas, fotos, etc.) sobre el observador, así como el efecto benéfico del material de alta vibración. Efecto que repercute igualmente tanto en el emisor como en el receptor, pues dar es recibir.

Una forma muy simple donde cada uno podemos participar en la evolución de la consciencia, es enviando silenciosos pensamientos de PAZ.
Un receptor puede ser cualquiera: Los elementos, seres inorgánicos u orgánicos (piedras, vegetales, animales). A escala humana, planetaria e incluso cósmica.
Maestros ascendidos, ángeles y cualquier espíritu, evolucionado o no, puede beneficiarse del reenvío incondicional de la PAZ de DIOS.
Para quienes tienen fe y no necesitan pruebas, un regalo:
Busca un espacio de conexión personal, un espacio sagrado: En flor de loto, recostado o sentado, en tu casa o en un jardín, o un bosque, en una iglesia, una sinagoga o una mezquita, etc.. En la cima de una pirámide o en una montaña, o caminando sin prisa y sin tiempo, etc.. En silencio o con música relajante, pero intentando el silencio interno.
Visualiza en tu entrecejo (sexto chackra), con los ojos abiertos o cerrados según mejor sea para ti  la conexión, la palabra PAZ y piensa en aquello a lo que deseas enviar esa vibración, manteniendo en tu mente su imagen o su nombre (vibración personal), mientras inhalas y exhalas suave y profundamente y pones la intención en abrir tu corazón.

Igualmente una persona puede enviarse PAZ a si mismo. Utilizando la misma técnica de respiración descrita anteriormente puede repetir de manera continua, en caso de emociones como angustia, ansiedad, etc. o bien ante sensaciones como el dolor producido por alguna enfermedad, u otros.

- Esta sensación se hace PAZ.
o
- Las energías que me corresponden se hacen PAZ, y las que no me corresponden, también.
o
- Cuando inhalo creo PAZ, cuando exhalo la extiendo a todo cuanto me rodea.


No hay límite en aquello a lo que es posible enviar PAZ: Personas o incluso un territorio en conflicto, a los enfermos, a un río o a los océanos, a la madre Tierra, al Sol, a las estrellas o hacia todo el Universo.


Un regalo entregado por  Gandhi, maestro de la PAZ



Los mensajes ocultos del agua: Masaru Emoto


miércoles

Los milagros y la fe

“Las curaciones milagrosas se realizan contra todas las previsiones de los médicos: para ello se requiere solamente la acción de los elementos en estado puro, natural, y una actitud del ser humano en su totalidad más profunda: la fe. Pero todos los curanderos, de todas las religiones y de todas las épocas, han reunido a sus pacientes en grupos y han producido el milagro muchísimas veces, sin poder asegurar jamás en quiénes ni cuándo el milagro se produciría. Es así en Lourdes: nunca se curan todos los enfermos; pero son indiscutibles las curaciones milagrosas realizadas contra las leyes de nuestro mundo.
Nunca han vuelto a crecer miembros amputados, pero creemos sinceramente que esto es imposible porque todos creemos que es imposible. El conjunto de circunstancias en las que intervienen los elementos o los remedios, requiere un estado de fe y un instante sagrado en el que se unen la tierra y el cielo.”
“Historia fantástica de un descubrimiento”: Daniel Ruzó


Regina: Un musical para una nación que despierta


jueves

Curación "milagrosa" realizada por Regina:


... Regina jamás había intentado recetar o curar a nadie de cuantos colaboraban con ella; esta tarea estaba encomendada a Don Rafael (Supremo Guardián de la Tradición Zapoteca), el la cual ejercía con singular pericia. Sin embargo, al parecer en esta ocación se sintió obligada a tratar de hacer algo ...
Con su voz de sonoros tonos musicales, Regina afirmó:
- Por favor, denme unos minutos, déjenme ver si hay algún té que pueda sacarnos del problema.
En la cocina de la casa había una vieja alacena de color blanco, era ahí donde guardaba Don Rafael la variada colección de plantas medicinales que utilizaba para sus curaciones. Regina observó con semblante dubitativo los manojos de apretadas hierbas alineados en en ordenadas filas. Dirigiéndose a Don Miguel -que se encontraba junto a ella- pero hablando más bien consigo misma, inquirió:
-Cual sería la siguiente hierba que Don Rafael pensaba darle?
- La verdad no tengo ni la menor idea -respondió el Supremo Guardián de la Tradición Nahuatl.
La vacilación de Regina duró tan sólo unos instantes; con decidido ademán tomo un fresco atado de hiervas y la alzó jubilosa. Al observar las hojas de la planta seleccionada, Don Miguel comentó:
- Esa es
yerbabuena y que yo sepa no se utiliza en el tratamiento de los enfermos de la bilis.
- Pues si es hierba buena debe ser buena para todo - contestó Régina con segura convicción, al tiempo que con rápidos movimientos llenaba de agua una pequeña cacerola, depositaba en esta la hierba y colocaba el traste en una hornilla prendida de la estufa.
Y entonces ocurrió el prodigio. La simple tarea de prepara un té se transformó de pronto en un auténtico ritual. Regina bendijo primero por tres veces el brebaje, luego comenzó a musitar con fervor Aves Marías y un mantram tibetano ("Om Tare Tu Tare Tura Soja") dedicado a Tara, la deidad femenina tutelar del Tibet. Al empezar a hervir el agua, la Dakini dio inicio a un animado diálogo, explicando a la infusión la importancia de la tarea que debía realizar. Los sonidos que producía el hervor del agua parecían responder de alguna forma a las peticiones y recomendaciones que se le hacían. Se palpaba un mágico e indescriptible ambiente en todo el espacio que constituía la cocina transformada en santuario.
Dando por concluida la operación, Regina vació el contenido de la cacerola en un jarrito y se dirigió con este a donde estaba la enferma.(132-133)
El retorno de lo sagrado; Antonio Velasco Piña

En el ejemplo anterior, el testigo nos narra un sencillo acto que muestra las profundas repercusiones que pueden darse cuando ocurre la sacralización de la vida cotidiana, característica distintiva de todas las actividades durante una etapa sagrada.

Comenta el autor del citado texto que previo a la narrada intervención de Regina, a la paciente se le habían realizado estudios en el hospital donde trabajaba su esposo como médico. El correspondiente diagnóstico había confirmando la necesidad de realizar una cirugía para extraer
cálculos de su vesícula.
Análisis posteriores realizados a la mujer el mismo día, después de tomar el remedio de la Dakini, confirmaban una "milagrosa" curación.